Día II.
Nunca había despertado a su lado, nunca había visto como se estiraba y como esa camiseta abierta por los lados insinuaban su cuerpo. Como su pelo ,alborotado por los sueños y por la pasión de esa noche, era perfecto , siempre tan bonito. Jamás me olvidé de ese beso matutino, ¿he dicho matutino? sólo dormimos una hora. Estuvimos hablando como dos chavales que se acaban de conocer, como si no hubiese más mañana que el presente. El sonido del móvil me devolvió a la realidad.
-¿Eva?- Contesté
-¿Dónde estás Jordi?, me tienes preocupada, ¿Estás bien?- Me dijo entre sollozos.
Me vestí lo más rápido y silencioso que pude. Y le dejé una nota a Paula en el cabecero de la cama.
"Querida Paula:
Como podrás ver cuando despiertes no estoy a tu lado. Que mi presencia se ha marchitado. Sabrás que tengo novia y, que aunque ayer no te lo dije, estoy comprometido con ella. Lo que hoy hemos tenido ha sido muy bonito, me ha recordado tanto al pasado. Una vez hablamos del futuro, nos dijimos que si el tiempo nos volvía a juntar sería perfecto, pero nos equivocamos, es imposible. Te querré siempre Paula. Hasta siempre.
Jordi."
Fueron las palabras que con más dolor escribí. Ese pudo ser el momento. Es más, ese era el momento, y yo estaba comprometido, ¿Cómo podía tener tan mala suerte?. Amaba a Eva y a Paula, pero Paula era el único que podía hacerme feliz, el único que podía mejorar mi vida. Tenía que tomar una decisión.
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