lunes, 30 de abril de 2012

Sueños.

Llegué a la ciudad, con ilusiones , con trabajo y con Eva. La conocí en el último año de universidad, era preciosa , morena , pelo largo y liso como si de mármol se tratase, sencilla. Casi todo era perfecto, ella seguía haciendo mella en mi corazón, taladrando con sus recuerdos la carótida haciendo cada sístole más complicada que la anterior diástole, se colaba por cada célula quemando mi sangre y ardiendo mis neuronas. Lo primero que hice fue ir hacía mi casa dejé las maletas y dormimos. La empresa me dio una semana para establecerme.

Al tercer día salimos a dar una vuelta por el centro , Eva se fue a una tienda y mientras yo me quedé dando vueltas. Mi mirada se cruzo con una desconocida para mi mente y un alma conocida para mi corazón. ¿Qué hacía ella aquí?¿Cómo podía ser tan cabrón el tiempo? ¿Cómo el espacio se había hecho tan pequeño? .Giré la cabeza deseando que no me hubiese visto. Tarde. Se acercó a mí.
-¿Jordi? ¿Eres tú?- Me preguntó con un tono de expectación y de sorpresa al mismo tiempo.
-¿Paula? ¿Qué haces aquí?- Sin que me diese cuenta a decir nada más me abrazó, yo también la abracé. Recuerdo el último abrazo que tuve con ella, un abrazo como "amigos" , frío como un arcón vacío funcionando a todos los vatios que puede, y recuerdo , también , como mi corazón en ese momento se rompía como cuando se sumerge una magdalena en nitrógeno líquido y se dejase caer sobre el suelo desde la azotea de un edificio de veinte plantas.
-Trabajo aquí, Jordi. Vamos te invito a una caña.- Dijo.
Acepté, ¿Cómo no iba a aceptar? Era ella , la única que había dominado mi corazón y lo había hecho preso.

Estuvimos hablando. Como yo había desaparecido después del bachiller, de como me fui a cumplir mis sueños, como hice el interrail por toda Europa, y también de como cumplí su ilusión de estar en Sidney y de estar en San Francisco. De como conocí a Eva y de como ella había ido dando tumbos, como ella era ,sin nada fijo. De como llegamos a ese lugar. Me llamó Eva , decía que estaba cansada y que se iba a casa a comer, que me esperaba. A las cañas invitó Paula , yo invité a la comida y a la cena. Ella me invitó a su casa.

Abrió la puerta y yo seducido por el dulce aroma que su cuerpo había ido inyectando en mí desde hacía años y que ahora, como si de una droga se tratara, me volvía a enganchar. Mis neuronas volvían a arder y mis células volvían a quemarse. Supongo que por culpa de esa media neurona que me faltaba desde que nací la besé. Volvía a saborear esos labios marcados por un lunar , volvía a tocar esas manos tan suaves volvía toda esa geometría humana tan característica que tenía, tan ella. Recordaba todo pero todo era nuevo, cada nuevo beso en su vientre me transportaban al pasado, y cada beso en sus labios me mantenían en el presente. Veía sus ojos , y recordaba las discusiones sobre quien los tenía más claros, ganaba ella. Me centre en todo y disfrutaba cada beso , cada caricia , cada gesto. 10 años sin saber nada de ella 3652 días sin saber nada y 3653 noches desde aquella fiesta, desde aquella última mirada que se cruzó en la pista y que fue eterna durante un segundo. Yo en ese momento sabía que no la volvería a ver en mucho tiempo, ella no lo sabía, ahora habíamos vuelto a estar,¿Cómo era posible? No lo sabía. Algo sí sabía , con ella era feliz.

Mañana, cuando despertásemos ¿Qué pasaría?. Me daba igual.

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