Día II.
Nunca había despertado a su lado, nunca había visto como se estiraba y como esa camiseta abierta por los lados insinuaban su cuerpo. Como su pelo ,alborotado por los sueños y por la pasión de esa noche, era perfecto , siempre tan bonito. Jamás me olvidé de ese beso matutino, ¿he dicho matutino? sólo dormimos una hora. Estuvimos hablando como dos chavales que se acaban de conocer, como si no hubiese más mañana que el presente. El sonido del móvil me devolvió a la realidad.
-¿Eva?- Contesté
-¿Dónde estás Jordi?, me tienes preocupada, ¿Estás bien?- Me dijo entre sollozos.
Me vestí lo más rápido y silencioso que pude. Y le dejé una nota a Paula en el cabecero de la cama.
"Querida Paula:
Como podrás ver cuando despiertes no estoy a tu lado. Que mi presencia se ha marchitado. Sabrás que tengo novia y, que aunque ayer no te lo dije, estoy comprometido con ella. Lo que hoy hemos tenido ha sido muy bonito, me ha recordado tanto al pasado. Una vez hablamos del futuro, nos dijimos que si el tiempo nos volvía a juntar sería perfecto, pero nos equivocamos, es imposible. Te querré siempre Paula. Hasta siempre.
Jordi."
Fueron las palabras que con más dolor escribí. Ese pudo ser el momento. Es más, ese era el momento, y yo estaba comprometido, ¿Cómo podía tener tan mala suerte?. Amaba a Eva y a Paula, pero Paula era el único que podía hacerme feliz, el único que podía mejorar mi vida. Tenía que tomar una decisión.
¿Qué es peor, el infierno o la nada? Quema los museos, límpiate el culo con la Mona Lisa, para que al menos Dios aprenda tu nombre.
lunes, 30 de abril de 2012
Sueños.
Llegué a la ciudad, con ilusiones , con trabajo y con Eva. La conocí en el último año de universidad, era preciosa , morena , pelo largo y liso como si de mármol se tratase, sencilla. Casi todo era perfecto, ella seguía haciendo mella en mi corazón, taladrando con sus recuerdos la carótida haciendo cada sístole más complicada que la anterior diástole, se colaba por cada célula quemando mi sangre y ardiendo mis neuronas. Lo primero que hice fue ir hacía mi casa dejé las maletas y dormimos. La empresa me dio una semana para establecerme.
Al tercer día salimos a dar una vuelta por el centro , Eva se fue a una tienda y mientras yo me quedé dando vueltas. Mi mirada se cruzo con una desconocida para mi mente y un alma conocida para mi corazón. ¿Qué hacía ella aquí?¿Cómo podía ser tan cabrón el tiempo? ¿Cómo el espacio se había hecho tan pequeño? .Giré la cabeza deseando que no me hubiese visto. Tarde. Se acercó a mí.
-¿Jordi? ¿Eres tú?- Me preguntó con un tono de expectación y de sorpresa al mismo tiempo.
-¿Paula? ¿Qué haces aquí?- Sin que me diese cuenta a decir nada más me abrazó, yo también la abracé. Recuerdo el último abrazo que tuve con ella, un abrazo como "amigos" , frío como un arcón vacío funcionando a todos los vatios que puede, y recuerdo , también , como mi corazón en ese momento se rompía como cuando se sumerge una magdalena en nitrógeno líquido y se dejase caer sobre el suelo desde la azotea de un edificio de veinte plantas.
-Trabajo aquí, Jordi. Vamos te invito a una caña.- Dijo.
Acepté, ¿Cómo no iba a aceptar? Era ella , la única que había dominado mi corazón y lo había hecho preso.
Estuvimos hablando. Como yo había desaparecido después del bachiller, de como me fui a cumplir mis sueños, como hice el interrail por toda Europa, y también de como cumplí su ilusión de estar en Sidney y de estar en San Francisco. De como conocí a Eva y de como ella había ido dando tumbos, como ella era ,sin nada fijo. De como llegamos a ese lugar. Me llamó Eva , decía que estaba cansada y que se iba a casa a comer, que me esperaba. A las cañas invitó Paula , yo invité a la comida y a la cena. Ella me invitó a su casa.
Abrió la puerta y yo seducido por el dulce aroma que su cuerpo había ido inyectando en mí desde hacía años y que ahora, como si de una droga se tratara, me volvía a enganchar. Mis neuronas volvían a arder y mis células volvían a quemarse. Supongo que por culpa de esa media neurona que me faltaba desde que nací la besé. Volvía a saborear esos labios marcados por un lunar , volvía a tocar esas manos tan suaves volvía toda esa geometría humana tan característica que tenía, tan ella. Recordaba todo pero todo era nuevo, cada nuevo beso en su vientre me transportaban al pasado, y cada beso en sus labios me mantenían en el presente. Veía sus ojos , y recordaba las discusiones sobre quien los tenía más claros, ganaba ella. Me centre en todo y disfrutaba cada beso , cada caricia , cada gesto. 10 años sin saber nada de ella 3652 días sin saber nada y 3653 noches desde aquella fiesta, desde aquella última mirada que se cruzó en la pista y que fue eterna durante un segundo. Yo en ese momento sabía que no la volvería a ver en mucho tiempo, ella no lo sabía, ahora habíamos vuelto a estar,¿Cómo era posible? No lo sabía. Algo sí sabía , con ella era feliz.
Mañana, cuando despertásemos ¿Qué pasaría?. Me daba igual.
Al tercer día salimos a dar una vuelta por el centro , Eva se fue a una tienda y mientras yo me quedé dando vueltas. Mi mirada se cruzo con una desconocida para mi mente y un alma conocida para mi corazón. ¿Qué hacía ella aquí?¿Cómo podía ser tan cabrón el tiempo? ¿Cómo el espacio se había hecho tan pequeño? .Giré la cabeza deseando que no me hubiese visto. Tarde. Se acercó a mí.
-¿Jordi? ¿Eres tú?- Me preguntó con un tono de expectación y de sorpresa al mismo tiempo.
-¿Paula? ¿Qué haces aquí?- Sin que me diese cuenta a decir nada más me abrazó, yo también la abracé. Recuerdo el último abrazo que tuve con ella, un abrazo como "amigos" , frío como un arcón vacío funcionando a todos los vatios que puede, y recuerdo , también , como mi corazón en ese momento se rompía como cuando se sumerge una magdalena en nitrógeno líquido y se dejase caer sobre el suelo desde la azotea de un edificio de veinte plantas.
-Trabajo aquí, Jordi. Vamos te invito a una caña.- Dijo.
Acepté, ¿Cómo no iba a aceptar? Era ella , la única que había dominado mi corazón y lo había hecho preso.
Estuvimos hablando. Como yo había desaparecido después del bachiller, de como me fui a cumplir mis sueños, como hice el interrail por toda Europa, y también de como cumplí su ilusión de estar en Sidney y de estar en San Francisco. De como conocí a Eva y de como ella había ido dando tumbos, como ella era ,sin nada fijo. De como llegamos a ese lugar. Me llamó Eva , decía que estaba cansada y que se iba a casa a comer, que me esperaba. A las cañas invitó Paula , yo invité a la comida y a la cena. Ella me invitó a su casa.
Abrió la puerta y yo seducido por el dulce aroma que su cuerpo había ido inyectando en mí desde hacía años y que ahora, como si de una droga se tratara, me volvía a enganchar. Mis neuronas volvían a arder y mis células volvían a quemarse. Supongo que por culpa de esa media neurona que me faltaba desde que nací la besé. Volvía a saborear esos labios marcados por un lunar , volvía a tocar esas manos tan suaves volvía toda esa geometría humana tan característica que tenía, tan ella. Recordaba todo pero todo era nuevo, cada nuevo beso en su vientre me transportaban al pasado, y cada beso en sus labios me mantenían en el presente. Veía sus ojos , y recordaba las discusiones sobre quien los tenía más claros, ganaba ella. Me centre en todo y disfrutaba cada beso , cada caricia , cada gesto. 10 años sin saber nada de ella 3652 días sin saber nada y 3653 noches desde aquella fiesta, desde aquella última mirada que se cruzó en la pista y que fue eterna durante un segundo. Yo en ese momento sabía que no la volvería a ver en mucho tiempo, ella no lo sabía, ahora habíamos vuelto a estar,¿Cómo era posible? No lo sabía. Algo sí sabía , con ella era feliz.
Mañana, cuando despertásemos ¿Qué pasaría?. Me daba igual.
sábado, 28 de abril de 2012
Duele, la vida como un puñal hay veces que duele.
Duele, la vida como un puñal hay veces que duele
Y nada tiene que ver con tu boca
Que hecha para besar hay veces que muerde
Que anuncia cordura y a veces se vuelve loca
Y duele porque la piel no es materia inerte
Y duele porque el querer es dolerse a veces
Tiembla, la vida como con miedo hay veces que tiembla
Y nada tiene que ver con el aire
Que mueve tu ropa en noches de luna escueta
Que aprieta, suelta y evoca y me enloquece
Y tiembla por los latidos que tú provocas
Y también porque el querer es temblar a veces
Y cada uno en su camino va cantando espantando sus penas
Y cada cual en su destino va llenando de soles sus venas
Y yo aquí sigo en mi trinchera, corazón, tirando piedras
Contra la última frontera
La que separa el mar del cielo del color de tus maneras
La que me lleva a la guerra
A ser semilla en la tierra
Y no me pidas tanto, corazón
Que tengo poco aire en el pulmón
Lo que tengo es un castillo en el cielo
Si viene la guadaña a mi rincón
Enjuágame la frente en tu sudor
Y le das un beso a todos si me muero
Ríe, la vida como un volcán hay veces que ríe
Y nada tiene que ver con el tiempo
Se ríe porque para ella somos tan leves
Como el humo azul que del pudor se desprende
Y ríe porque tu llanto se lo merece
Y también porque el querer es reírse a veces
Vive, la vida por compasión hay veces que vive
Y nada tiene que ver con la muerte
Y cuando llegue ese instante déjame verte
Que no hay mayor libertad que tenerte enfrente
Y que nadie sea absuelto por no quererse
Y vive porque el querer es vivir con creces
Y si todo es semilla no me dolerá la astilla
Que sangran de mi costado tus andares de chiquilla
Y no me digas nada, déjame a mí en mi ventana
Con los pies del otro lado, yo me fumo mis mañanas
lunes, 23 de abril de 2012
El Bar
Entre en el bar, con el cubo de pintura en una mano y en la otra la brocha. Allí me esperaba Olga que se había tintado el pelo y ahora era pelirroja.
-Buenos días ,Carlos. Vaya carita de sueño me traes.- Me sonrió con esa sonrisa tan bohemia y melancólica.
-He dormido poco-Dije entre carcajadas, la verdad es que me alegraba el verla.
La verdad es que cuando iba al bar antes de terminar con la innombrable ya me fijé en ella, pero jamás le dí más importancia de la que pensaba, la veía inalcanzable y , no nos engañemos, mis ojos tenían dueña. Comenzamos pintando las paredes, bueno limpiándolas , el alquitrán del tabaco se había adherido a la pared y el grosor variaba según las zonas, en las esquinas llegaba a ser de un espesor de varios milímetros y teníamos que raspar la pared. En un par de horas conseguimos dejar al bar con una presencia bastante menos... dejémoslo en sucia, menos sucia. Saqué un par de cervezas, la mía sin alcohol , tenía pensado dejarlo.
Le expliqué a Olga como había llegado a esa situación tan penosa por la que había pasado, como había llegado a ser un simple esqueleto que vagaba por las calles de la ciudad sin ningún rumbo, bueno con uno y no era el más agradable. Sabía que nunca se me había notado muy débil físicamente , gracias a una genética bastante buena estaba un poco fuerte. Y como siempre mi ego no se había visto dañado. Mi vida siempre había ido dando tumbos, entre labios de mujeres que jamás llegaban a llenarme y cuando encontré unos me enganché, ahora me daba cuenta de mi error, no podía hacer que ella fuese mi mundo. Y acabé mal, tenía que salir de esa etapa de camello, llegar a ser un león destrozar todos mis recuerdos buenos, quedarme con los malos y con ellos construir un mundo nuevo donde estos malos recuerdos jamás vuelvan a tener cabida.
Olga me miraba a los ojos como si yo fuese un faquir y ella una serpiente hipnotizada por la sucesión de silabas , de sonidos que mis cuerdas vocales arrancadas por el dolor infringido tiempo atrás. Tan sólo me escuchaba absorta en un mundo del que poca gente sabe, en la concentración de cada palabra, de cada frase. Yo ,mientras ella era hipnotizada por el movimiento de mis labios y mi lengua , recorría toda su cara, fijándome en esos ojos de un verde profundo, un verde que sólo había visto en los cuadros más hiperrealistas donde los pintores describían a pinceladas una realidad maravillosa. Cuando sonreía se forjaban en sus mejillas unos hoyuelos que hicieron que me quedase allí durante unos segundos, acabe en la comisura de sus labios de delgadas líneas.
Era la hora de comer, nosotros teníamos hambre, pero era algo que jamás había sentido. Se mojó los labios con la lengua de una manera tan dulce que desde donde estaba olía a miel. Me acerqué a sus labios tan despacio que la distancia parecía kilometros , se conjuraban el tiempo y el espacio para hacer ese instante eterno , el instante en que toqué esos labios de miel.
viernes, 13 de abril de 2012
Sueños
Esa noche soñé con ella. Soñé que estábamos en la cama , tumbados , mi cabeza junto a la suya y mis labios sobre los suyos. Soñaba que la besaba y recorría cada comisura como si fuese un paisaje que, aún conociéndomelo de memoria , volvía a repasarlo disfrutando cada milésima de segundo como si fuese la última. Era un sueño tan real que cuando me desperté tenía los labios cortados, y con pequeñas manchas rojas de su barra de labios de color rojo carmesí y en mi memoria perduraba el sueño. Las imágenes se sucedían una de tras de otra como fotogramas puestos al cinematógrafo, lo peor del sueño es que yo era feliz y que deseaba no haber despertado nunca. Su sonrisa, todavía presente en mi memoria , endulzaba cada pensamiento mio , pero a la vez , la certeza de saber de que tan solo era un sueño me mataba y me hacía un poco más infeliz. Me había despertado y tenía que abrir el bar Apache.
jueves, 12 de abril de 2012
El testamento.
Preparé una sencilla mochila , con un par de mudas y con todo mi dinero. Y me dispuse a ir al bar Apache, a despedirme con una cerveza, que me refrescara la garganta y a la vez me aclarara los ojos. Lo que me encontré fue algo ... terrible. El bar estaba cerrado, y no era eso lo terrible, y en la puerta una nota que decía esto: " Cerrado por defunción". Me temí lo peor, fui al tanatorio y allí la vi, no era Olga. Pero ella se acababa de quedar sin trabajo, era Jorge , el dueño del bar Apache.
Olga estaba desecha, apagada. Y yo estaba en un estado de perplejidad , Jorge era un chico joven, 43 años y con mucha vida por delante, dijeron que fue un infarto. Eso es lo de menos. Yo tenía un poco de contacto con él, era un poco arisco, pero buena persona y con una mirada que me hacía saber que había pasado por lo que pasaba yo. Siempre estuve seguro de que le ayudo el bar Apache a salir de aquella pesadilla que vivió, que fue su verdadera salvación de una vida donde no se salvan ni las ratas ni las cucarachas ni los mismísimos gérmenes.
En el testamento ponía que yo me quedaba con el bar. Cito palabras textuales "Para don Carlos Sempere Carax: el Bar Apache que , como a mí me pasó, estoy seguro de que le traerá más de un buen momento y hará que deje atrás todos esos tiempos peores y oscuros, de largos ratos sumergidos en una mente que tan solo revolvía los recuerdos, haciendo que viviese en un pasado trágico e irreal y no viendo y viviendo un presente ,aunque igualmente trágico, real." No diré que me abrió los ojos , en aquel momento no lo hizo, pero sí que fue el comienzo de mi nueva y real vida.
Mi primer acto como nuevo dueño del bar Apache fue contratar a aquella chica de ojos verdes y pelo negro como la antracita llamada Olga, íbamos a llevar el bar Apache. La catarsis que buscaba yéndome la encontre en el bar, en el bar donde ahogaba mis penas y hundía mi mente en mis oscuros pensamientos manteniéndola ocupada. Ahora ese bar haría un efecto algo similar, me mantendría ocupado y embelesado por esa magia que lo rodeaba. Lo que no sabía es que si que había algo mágico en aquel bar y que muy pronto iba a descubrir.
Olga estaba desecha, apagada. Y yo estaba en un estado de perplejidad , Jorge era un chico joven, 43 años y con mucha vida por delante, dijeron que fue un infarto. Eso es lo de menos. Yo tenía un poco de contacto con él, era un poco arisco, pero buena persona y con una mirada que me hacía saber que había pasado por lo que pasaba yo. Siempre estuve seguro de que le ayudo el bar Apache a salir de aquella pesadilla que vivió, que fue su verdadera salvación de una vida donde no se salvan ni las ratas ni las cucarachas ni los mismísimos gérmenes.
En el testamento ponía que yo me quedaba con el bar. Cito palabras textuales "Para don Carlos Sempere Carax: el Bar Apache que , como a mí me pasó, estoy seguro de que le traerá más de un buen momento y hará que deje atrás todos esos tiempos peores y oscuros, de largos ratos sumergidos en una mente que tan solo revolvía los recuerdos, haciendo que viviese en un pasado trágico e irreal y no viendo y viviendo un presente ,aunque igualmente trágico, real." No diré que me abrió los ojos , en aquel momento no lo hizo, pero sí que fue el comienzo de mi nueva y real vida.
Mi primer acto como nuevo dueño del bar Apache fue contratar a aquella chica de ojos verdes y pelo negro como la antracita llamada Olga, íbamos a llevar el bar Apache. La catarsis que buscaba yéndome la encontre en el bar, en el bar donde ahogaba mis penas y hundía mi mente en mis oscuros pensamientos manteniéndola ocupada. Ahora ese bar haría un efecto algo similar, me mantendría ocupado y embelesado por esa magia que lo rodeaba. Lo que no sabía es que si que había algo mágico en aquel bar y que muy pronto iba a descubrir.
martes, 10 de abril de 2012
La noche.
Salí del bar a las 5 de la madrugada , con el sonido de las persianas detrás de mí junto con Olga. Tomé el camino que llevaba a la playa.
-Carlos, por ahí se va a la playa. - Dijo Olga.
-Lo sé, creo que me vendrá bien andar un poco, me relaja el sonido del mar por la noche.- conteste mientras seguía andando.
Ella se puso a andar junto a mí, en silencio, contemplando el vaho que generaba nuestro aliento. Giré rapidamente mi cabeza para encontrarme con sus ojos que, en un ambiente más oscuro que el bar, el verde era más brillantes. Volví a mirar hacia delante. Comenzó a hablar.
-Siempre vienes solo, siempre estás solo y con esos ojos alicaídos y tristes que tanto hablan sobre ti y sobre tu historia. En el bar la gente no suele tener familia, sus familias son los fantasmas de los recuerdos, que golpean sus memorias como un cincel dándoles formas de demonios y transformando sus vidas en infiernos.Pero tú, tú no , sigues sonriendo gracias a esos recuerdos que, aunque te atormenten, forman parte de ti.
-Yo no quiero que formen parte de mí, quiero cerrar ese capítulo de mi vida, pero si lo cierro no sé si seguirá siendo vida...- Medio susurré con la voz temblorosa y con lágrimas que le daban la razón en todo lo que Olga había dicho.
Me abrazó y me dijo que ella pasó por algo parecido, y que se salía de estas situaciones, yo en muchas ocasiones pensaba que era un sentimental , y me sentía absurdo al pensar en como podía seguir pensando en ella. Llevaba razón, era sentimental y absurdo, pero así era yo. Llegamos al paseo marítimo y lo traspasamos como si fuese un pequeño arroyo, y ya estábamos en la arena, yo seguía acercándome al mar. El marco era idílico , estrellas que brillaban como si fuese la última vez que lo hiciesen, como si utilizasen las últimas fuerzas para brillar con más intensidad, y la luna enturbiada por una pequeña nube que sólo la maquillaba y la hacía más hermosa. En aquel instante decidí que ya no volvería a la ciudad. No iba a volver a poner un pie en aquel pueblo que tan solo me había traído desgracias.
-Carlos, por ahí se va a la playa. - Dijo Olga.
-Lo sé, creo que me vendrá bien andar un poco, me relaja el sonido del mar por la noche.- conteste mientras seguía andando.
Ella se puso a andar junto a mí, en silencio, contemplando el vaho que generaba nuestro aliento. Giré rapidamente mi cabeza para encontrarme con sus ojos que, en un ambiente más oscuro que el bar, el verde era más brillantes. Volví a mirar hacia delante. Comenzó a hablar.
-Siempre vienes solo, siempre estás solo y con esos ojos alicaídos y tristes que tanto hablan sobre ti y sobre tu historia. En el bar la gente no suele tener familia, sus familias son los fantasmas de los recuerdos, que golpean sus memorias como un cincel dándoles formas de demonios y transformando sus vidas en infiernos.Pero tú, tú no , sigues sonriendo gracias a esos recuerdos que, aunque te atormenten, forman parte de ti.
-Yo no quiero que formen parte de mí, quiero cerrar ese capítulo de mi vida, pero si lo cierro no sé si seguirá siendo vida...- Medio susurré con la voz temblorosa y con lágrimas que le daban la razón en todo lo que Olga había dicho.
Me abrazó y me dijo que ella pasó por algo parecido, y que se salía de estas situaciones, yo en muchas ocasiones pensaba que era un sentimental , y me sentía absurdo al pensar en como podía seguir pensando en ella. Llevaba razón, era sentimental y absurdo, pero así era yo. Llegamos al paseo marítimo y lo traspasamos como si fuese un pequeño arroyo, y ya estábamos en la arena, yo seguía acercándome al mar. El marco era idílico , estrellas que brillaban como si fuese la última vez que lo hiciesen, como si utilizasen las últimas fuerzas para brillar con más intensidad, y la luna enturbiada por una pequeña nube que sólo la maquillaba y la hacía más hermosa. En aquel instante decidí que ya no volvería a la ciudad. No iba a volver a poner un pie en aquel pueblo que tan solo me había traído desgracias.
domingo, 8 de abril de 2012
Luces y Sombras.
Y al cerrar esa puerta , abrí la de mi corazón donde ella se perdió y donde enredó cada artería que encontraba , haciendo un bonito juego papirofléxico para ella, y un gran trasquilón para mí. Día a día yo me enganchaba un poco más a ese maná que supuraba y , a la vez, ella se desenganchaba de un maná que nunca tuve y de la pena que rezumaba mi cuerpo envenenado. Los juicios a tiempo pasado nunca se me dieron bien, pero , supongo que ella tenía otra imagen de mí, me imaginaba diferente y se llevo una desilusión que a mí me partió, pero como ya he dicho yo nunca fui de hacer juicios a posteriori. Y así acabó, un buen día al despertar ella decidió que no había tiempo para más , y como un árbitro pitó el final.
Pasó el tiempo, y el bar Apache se convirtió en mi nuevo hogar , Olga, la camarera que me veía con esos ojos verdes apagados por la oscuridad de un bar enturbiado por los tristes corazones que en él se reunían, donde lloraban hasta las paredes de tantas trágicas almas que por él pasaban a diario. Pero Olga siempre llevaba su sonrisa a cualquier parte, y de ella se podía atisbar una luz pequeñita que , ahora si que me arriesgaré a decir , se la guardaba para personas especiales. Ella siempre intentaba hablar conmigo, supongo que le di pena, ella todavía tenía corazón y los pobres infelices como yo se lo poníamos blandito cuando nos acercábamos a su barra.
-¿Cómo te va todo , Carlos?- Dijo Olga con esa dulce voz.
-Me va, que no es poco.-Contesté de una manera que , hasta a mí, me pareció estúpida.- Perdón, Olga, no quería ser tan imbécil...
-No pasa nada, ¿lo de siempre?
-Lo de siempre.- Conteste con lo que parecía una leve sonrisa.
Pasó el tiempo, y el bar Apache se convirtió en mi nuevo hogar , Olga, la camarera que me veía con esos ojos verdes apagados por la oscuridad de un bar enturbiado por los tristes corazones que en él se reunían, donde lloraban hasta las paredes de tantas trágicas almas que por él pasaban a diario. Pero Olga siempre llevaba su sonrisa a cualquier parte, y de ella se podía atisbar una luz pequeñita que , ahora si que me arriesgaré a decir , se la guardaba para personas especiales. Ella siempre intentaba hablar conmigo, supongo que le di pena, ella todavía tenía corazón y los pobres infelices como yo se lo poníamos blandito cuando nos acercábamos a su barra.
-¿Cómo te va todo , Carlos?- Dijo Olga con esa dulce voz.
-Me va, que no es poco.-Contesté de una manera que , hasta a mí, me pareció estúpida.- Perdón, Olga, no quería ser tan imbécil...
-No pasa nada, ¿lo de siempre?
-Lo de siempre.- Conteste con lo que parecía una leve sonrisa.
miércoles, 4 de abril de 2012
Echarás de menos hasta...
...caminar
Su despertar su forma de hablar
Su mal humor su estar mejor
Su pelo y su olor
Su despertar su forma de hablar
Su mal humor su estar mejor
Su pelo y su olor
Pienso en esas cosas que te hacían maravillosa y que están en mi interior.
Esa imagen que hay en mi cabeza será la que me haga madrugar.
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