Y pasó el tiempo , y con él la ilusión de los primeros días,
las miradas inspectoras de sentimientos ahora eran frías , frías como los
gélidos glaciares. La perfecta complicidad de los primeros días pasaba a ser
odiosa y el miedo al qué dirán también. El miedo al qué dirán incluso de uno
propio, lo peor ella seguía ,y a la vez se daba cuenta de lo que pasaba. Lo
peor ,él seguía , se daba cuenta de lo que pasaba y quería cambiarlo. Nos conocimos sin raíces,
andamos un tiempo juntos , sin raíces ... en algunos momentos tuve la sensación
de que cada uno de nosotros arraigó en el otro.Pero, de cualquier manera, ya
era demasiado tarde para nosotros.¿Cómo podían asentarse en la tierra dos seres
tan volátiles? Así que cada uno siguió el camino que le correspondía , y no hay
nada más que decir.Hoy me iré tarde a dormir. Te informo. Me imagino que mañana
te levantarás temprano.
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