viernes, 3 de agosto de 2012

Las calles nos dirigían al bar Apache. No habían luces de neón, no hacían falta, ambos sabíamos hacía adonde iban esas calles. En la puerta paramos , ella ya llevaba el pelo despeinado , mis manos habían hecho de peine que destrozaba su coleta, ahora unos mechones le caían por la cara. Mis manos , que antes habían sido peines , ahora eran dos calentadores que recorrían el interior de sus muslos , y acariciaban. Mis labios como plastidecor's recorrían su cuello y subían hacía su oreja, la besaba y le mordía el lóbulo y estiraba, sin apretar , tan solo que se notase el tirón. Y mi mano subió un poco más. Ahora mis labios hacían el camino de vuelta, pero antes de llegar a su cuello torcían el camino y llegaban a sus labios , y un beso lento pero intenso hizo presencia. Los cuerpos juntos. El latido de uno acompasaba al del otro. TIC- TIC-TAC-TAC. Acelerados ambos corazones, los cuerpos calientes y las mentes clavadas en el momento. Pasamos al bar. Dentro fuimos a dar a la primera mesa , encima de ella le quité la camiseta y seguidamente el pantalón. Ella se levanta y me lleva contra la pared. Fuera ropa, al descubierto queda el alma. Y al oído le susurro:
- Ya no necesito ningún cielo ni ningún Dios. Ya no necesito la religión ni el dinero. Ya no necesito el poder. Sólo tú.
Me tapa la boca con sus labios, y mis dedos tapan los suyos, pero no los de la boca. Más tarde , cuando ya todo ha pasado y estamos tumbados. Me susurra al oído ella:
-Ésto , podrá terminar, ojalá que no. No lo tengo seguro. Lo único seguro es que podré volver a querer a alguien, seguro, pero el problema está en que no podré querer a nadie como te quiero a ti. Que como tú no hay nadie, y como nosotros nunca han existido.

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